martes, 21 de abril de 2009

Historia del libro y los derechos de autor en el Día Internacional del Libro

El 23 de abril se celebra cada año el Día Internacional del Libro, aprovechemos entonces para ver algunas curiosidades sobre la historia de ese objeto rectangular repleto de letras que solemos sostener en nuestras manos ya sea para aprender sobre algo o simplemente para divertirnos con una buena historia. Y también de algo hoy en día atado a ellos como es el copyright o los derechos de autor.

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La fecha no se ha elegido al azar, ya que en esa fecha en el año 1616 fallecieron tres grandes escritores: Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. Se celebra el Día del LIbro desde 1995, cuando la UNESCO aprobó el pedido de la Unión Internacional de Editores, que tenían la idea de tener una fecha para fomentar la lectura y los derechos de autor.

Es interesante que en la época de esos tres escritores que mencionamos no existía nada parecido al copyright o derecho de autor, incluso había quienes no firmaban sus obras directamente. O sea que se eligió una fecha para conmemorar un derecho que apareció mucho después.

image Se podría decir que el derecho de autor apareció como una consecuencia de la invención de la imprenta, y la aparición de las editoriales. No es algo que emanara del concepto de autor, de escritor, sino que salió de los editores, cuando vieron que perdían dinero por culpa de las copias que se hacían de sus editados sin permiso.

El libro en un principio era manuscrito, había que hacer copias a mano. No se hacían miles, o millones como puede pasar hoy en día. Y cada uno copiaba el libro que quería, y a veces lo modificaba en el acto. No se pedía permiso para ello, y por lo general los escritores, si ganaban dinero, no era más que por el primer ejemplar del libro. Recibían paga de parte de un librero o de algún adinerado que los patrocinaba. Luego eran copiados por esclavos, en el caso de os libreros

Tras la caída del Imperio Romano en Occidente, el trabajo de copiar y perpetuar fue retomado por los monjes, grandes perpetuadores de conocimiento, hoy en día serían considerados piratas. Más tarde, hacia el año 600 con la aparición del Imperio Árabe habría otro florecimiento de los libros y de los libreros.

image Pero el concepto de autor incluso estaba desdibujado, no era importante, estaban quienes querían figurar y los firmaban, y quienes no. Incluso en el proceso de copia se podía perder al autor original. Todo esto hasta la aparición de la imprenta moderna en 1449 y con la expansión del mercantilismo, encabalgado con la proliferación de las Universidades, y una clase burguesa educada.

Todo esto no sólo creó los medios sino el mercado para que se compraran los muchos libros que se podían editar gracias a la imprenta de tipos móviles de Gutenberg.

Como dijimos, quienes buscaron poder proteger su propiedad de copias no permitidas, fueron los imprenteros o los editores. En esos primeros tiempos de la imprenta, los autores seguían siendo igual que antes, escribían su libro, lo llevaban a un editor, y sólo recibían un pago por ese original.

Los editores luego hacían muchas copias y los vendían, pero claro, estaban los dueños de imprentas o editores que encontraban un libro de esos que se vendían mucho, y sólo lo tomaban y hacían copias para vender ellos.

El autor ni se preocupaba, para él en esos tiempos bastaba con el primer pago y que luego se de a conocer su obra. Pero para el editor que puso el dinero para el original, era molesto ver que otros lucrasen con su inversión. Por eso comenzaron a presionar para que se creasen leyes de derechos de autor.

El estatuto de AnnePero pasaron muchos años hasta que se estableció una ley tal. Fue en Gran Bretaña, con el Estatuto de Anne, en 1710. El título original en realidad era un poco más largo “Un acta para el fomento del aprendizaje, otorgando un derecho de copia de libros impresos a los autores o compradores de esas copias, durante los tiempos mencionados” ("An Act for the Encouragement of Learning, by vesting the Copies of Printed Books in the Authors or purchasers of such Copies, during the Times therein mentioned").

Esta famosa acta de Anne, así nombrada en honor a la reina, estableció que el autor de un escrito era el dueño del derecho a copiar ese trabajo y también estableció que se debía fijar una duración para ese derecho. En el acta se decía que la idea era ayudar a los autores que a veces iban a la ruina ellos y sus familias por la copia sin consentimiento de sus trabajos.

O sea la idea central era darle un control a los autores sobre el destino de sus obras, y que pudieran ganar ellos, y no todos los que tenían una imprenta. Así los autores se verían animados a escribir más y mejores libros.

Lo cierto es que hasta esa fecha, quienes tenían el monopolio de los ingresos de cualquier libro, eran los editores. Los autores perdían todo tipo de derecho sobre su obra una vez que la vendían a un editor. Desde el acta de Anne, el monopolio del control pasó a manos de los autores, si bien eso no significó que pasasen a ser quienes ganaban más con sus propias obras.

Fuentes

http://www.copyrighthistory.com/

Barbier, Frédéric. Historia del libro. Madrid, Alianza Editorial, 2005.

6 comentarios:

  1. andresrguez: Ojalá fuera así. Ese es el engaño que quieren colarnos los editores. El dinero de los derechos de autor enriquece a los editores, no a los autores. Si no, pregunta a algun escritor cuánto gana por libro vendido.

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  2. Los autores si ganan dinero, si no pregúntale a isabel allende o la autora de harry potter de qué viven.
    El problema radica en los altos porcentajes que se llevan editores, asi como las discogaficas en el caso de la musica, que no es lo mismo.

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  3. Por lo general, el autor se queda con el 10% del precio de tapa. Casi el 50% se lleva la librería. Si hay distribuidor se lleva un 20% y lo que queda, otro 20% es para la editorial. Por lo general las grandes editoriales distribuyen ellas sus libros, así que se llevan el 40%. Pero quienes más dinero se llevan por cada libro, son las librerías.

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  4. Sin autores no hay contenidos que copiar. Dejemos la demagogia.

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  5. Preferiría eliminar de raíz el copyright y derogar todas las leyes que lo sustentan, tenga ésto las consecuencias que tenga. Siempre habrá creadores. No echaremos de menos lo que dejen de crear los que lo hacen sólo por dinero. Surgiría un sistema más justo. Seguro.

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  6. Ojo, que el copyright no es una cuestión de dinero nada más. Sino una forma de proteger la propiedad intelectual de la creación de uno. O sea que nadie se apropie de ella diciendo que es suya, o que la modifique sin permiso del autor. Hay escritores, a parte, que viven de escribir. Si no viviesen de eso, tendrían que buscarse otro trabajo. Y entonces donde encontrarían tiempo para escribir? Si somos fanáticos de un autor, y antes publicaba una novela por año, si tiene que vivir de otra cosa, no podrá publicar más que una novela cada unos cuantos años, si es que encuentra el tiempo. El caso de los escritores es diferente al de los músicos, que pueden tener conciertos en los que ganan más que vendiendo discos.

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