En la película The Day After Tomorrow vemos cómo una inmensa ola cubre la isla de Manhattan, con sus edificios que rascan los cielos. Ese tipo de olas se las conoce como Tsunami (literalmente, gran ola del puerto en japonés), y al parecer no sólo han ocurrido en la ficción en Nueva York, sino que hace 2300 años una inmensa ola asoló lo que hoy es Long Island y New Jersey.
Para que se ubiquen cronológicamente, es el año 300 antes de Cristo, ya Alejandro Magno ha conquistado medio mundo conocido, y ha muerto, y sus generales se disputan los restos de su imperio, y los romanos recién se están consolidando en lo que hoy es la península de Italia.
No se sabe si en la región de lo que hoy son los estados de Nueva York y Nueva Jersey vivían indígenas, pero lo que sí se sabe es que luego de ese inmenso tsunami la región fue cubierta de una capa de sedimentos y conchas marinas, mas restos de madera. Lo que indica que fue bastante devastador.
Lo extraño es que en el océano Atlántico no suelen haber tsunamis, ya que no suelen haber maremotos que son los que originan esas olas gigantes. Pero una terrible tormenta ha quedado descartada, porque no tendría nunca la fuerza suficiente para distribuir tanto material a tanta velocidad.
El origen del tsunami en cuestión está sujeto a debate. Un desplazamiento de la corteza bajo el océano es lo más factible, pero un grupo de investigadores también propone el impacto de un asteroide cerca de la costa.
Esta última hipótesis es la más aceptada por ahora, simplemente porque son muy raros los terremotos marinos o los desplazamientos terrestres en el Atlántico.
Sólo se tiene registros de un terremoto importante en esa zona que ocurrió en 1929, al norte de Canadá en el tsunami de Grand Banks.
La ola que asoló Nueva York hace 2300 años fue más al estilo de esta de 1929, y no con tanta magnitud como la que cubrió a Sumatra y al Sudeste asiático en 2004. Habría sido una ola de entre tres y cuatro metros de altura, suficiente para cubrir las islas y penetrar en el territorio.
Fuente: BBC
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