miércoles, 12 de agosto de 2009

José de San Martín y el Cruce de los Andes

El 17 de agosto se conmemora a José de San Martín, fecha de su muerte. Sería mejor conmemorarlo en su cumpleaños, pero algo es algo. ¿Qué hizo San Martín para merecer una conmemoración?

Daguerrotipo de San Martín a los setenta años de edad (1848) Fue uno de los principales artífices de la expulsión de los españoles de sus antiguas colonias en América del Sur. Con la campaña que emprendió primero al norte de lo que es hoy Argentina, y luego cruzando a Chile por los Andes, y más tarde encarando la primera liberación de Perú, sentó las bases para la independencia de tres naciones. Les dio la libertad de hacer luego lo que quisieran, echando a los españoles con su experticia en las tácticas militares.

Vamos a centrarnos aquí, entonces el por qué se lo conoce más. El famoso Cruce de los Andes.

San Martín había nacido en lo que hoy es Argentina, pero se educó y se fogueó en las armas en España, durante las guerras contra Napoleón. Allí se enteró del movimiento revolucionario de América del Sur, y volvió a la tierra que lo vio nacer.

Apenas llegó a Buenos Aires, se puso a trabajar para conseguir algún puesto militar. Un año después ya estaba despachando españoles en el famoso Combate de San Lorenzo, un ejemplo de el ingenio táctico que tenía San Martín. Poco tiempo después se hizo cargo del ejército del Norte, que estaba al mando de Manuel Belgrano, y venía sosteniendo la invasión de los españoles de lo que hoy es Bolivia.

Se dice que allí en el norte San Martín pergeñó su famoso plan de librarse del poder español con un movimiento envolvente. O sea, cruzar los Andes, liberar Chile. Y desde allí, por mar, liberar Perú, lo que terminaría luego aniquilando las fuerzas españolas del Alto Perú, lo que hoy es Bolivia.

El Cruce de los Andes

Cruce de los andes. José Bouchet , 1901.

No fue fácil organizar esta estrategia. Le llevó un par de años formar el Ejército de los Andes, que cruzaría la cordillera. Recién en enero de 1817 se inició la campaña.

Cuatro mil soldados y mil doscientos milicianos, o sea ciudadanos comunes entrenados fue el contingente que partió a liberar a América del Sur del dominio español.

San Martín dividió al ejército en seis columnas para el cruce. Cuatro eran secundarias, y tenían el objetivo de distraer a los españoles, que venían siguiendo cada movimiento de San Martín con espías. Pero San Martín tenía sus propios espías, y también hacía contraespionaje, o sea dejar que capturaran a falsos mensajeros con falsos informes, etc.

Por ejemplo la columna secundara dirigida por Ramón Freire hacia Chillán, en el sur de Chile, convenció a los realistas de que el ataque principal sería por el sur, ya que esta columna fue la primera en cruzar la cordillera.

El grueso del ejército, sin embargo, partió en dos columnas diferentes, ambas dirigidas por San Martín. Una de las columnas era comandada por el chileno O'Higgins, que había estado preparando todo en Chile para la invasión libertadora. Esta cruzaría por el paso de Los Patos. La otra columna lo haría por el paso de Uspallata, al mando de Las Heras. Ambas se encontrarían luego en el valle del Aconcagua.

Hoy en día se hacen excursiones a caballo que siguen los mismos pasos que el ejército de San Martín. Las puede hacer cualquiera, y esto tiende a desvalorizar lo épico de aquel cruce. No es lo mismo ir en plan turismo, que llevar a cientos de soldados, con cientos de caballos, miles de mulas que llevaban toneladas de cartuchos de fusil, pólvora, cañones y alimento para todos esos hombres y animales.

Estamos hablando de una de las cadenas montañosas más altas del mundo, que si bien era verano cuando cruzaron, estaban a 3500 metros de altura y lo hicieron de noche. La zona es desértica, no hay agua, y lo hicieron sin descanso. El granizo los persiguió todo el cruce.

No fue un paseo turístico. Murieron miles de mulas, y cientos de caballos.

Cabe aclarar el papel de San Martín durante el cruce. Es común en el saber popular el imaginarlo al frente de la tropa en un caballo blanco, así se lo pinta en numerosos cuadros. Pero ni tenía un caballo blanco, ni fue tan fácil para él. Lo del caballo blanco es obvio, si fuese tan fácil identificarlo, lo matarían en la primera refriega.

San Martín fue siempre un hombre muy enfermo, y durante el cruce sufrió fuertes ataques. Tenía úlceras que lo postraron durante algunos tramos del cruce, al grado de ir en camilla. También tenía problemas pulmonares, muy molestos en la altura, por culpa de una herida sufrida en batalla en España. Para colmo, tenía dolores de huesos y articulaciones.

Este cruce es considerado una de las mayores hazañas militares de la historia mundial.

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