Hace 142 años, también un 29 de marzo, el Imperio Ruso cometió el peor negocio de su historia: vendió un territorio de 1,518,800 km² en el que tan sólo 20 años después de descubrirían toneladas y toneladas de oro, y varios años después petróleo en cantidades. El territorio en cuestión era Alaska y fue vendido en 1867 a Estados Unidos por 7,2 millones de dólares, el equivalente a lo que hoy serían 104 millones.
Rusia venía colonizando Alaska desde 1799, pero con establecimientos endebles, para la época de la venta sólo había unos 700 colonos rusos allí. Pero en 1867 el imperio ruso estaba pasando un momento difícil económicamente, y temía perder el territorio ruso a manos de los ingleses, sin siquiera ganar nada. Por lo que decidieron deshacerse de una molestia, y ganar algo a cambio.
El tema es que por aquellos tiempos Alaska sólo resultaba atractivo por las pieles. El zar Alejandro II decidió venderlo, y se lo ofreció a las dos potencias cercanas, Gran Bretaña estaba en Canadá, y Estados Unidos al sur. El primero no se mostró interesado en ese inexplorado territorio montañoso y frío.
El ministro ruso Louis Baydalal comenzó las negociaciones con el secretario del senado estadounidense William Seward en marzo, la compra se efectuó luego de pasar una noche entera en vela, a las 4 de la mañana del 30 de marzo de 1867. Para que se hagan una idea, por aquellos mismos años, construir el edificio de la corte en Nueva York, costó unos 11 millones de dólares, un poco más que lo que les costó Alaska.
Casi toda la opinión pública en Estados Unidos estaba a favor de la compra, más no fuera por expandir el territorio. Pero algunos periodistas se ensañaron, y con cierta razón. Horace Greeley del New York Tribune, se quejó de que tenían mucho territorio sin poblar todavía, repleto de aborígenes belicosos. Decía que si bien había sido barato, iba a ser muy costoso mantenerlo, protegerlo, y explotarlo.
Muchos periodistas llamaron a la compra La locura de Seward, la caja de hielo de Seward, el jardín de osos polares de Andrew Johnson.
También se quejaban muchos periodistas de que no tenía nada de valor, ese territorio, de que incluso los animales con pieles casi estaban al borde de la extinción. Lo gracioso, es que el periodista dice que “a no ser que se encuentre oro”, pasaría mucho tiempo como un simple territorio congelado.
Lo cierto era que Alaska, con el tiempo, fue explorado y resultó ser un territorio rico en muchos metales, no sólo oro, y también en petróleo.
Referencias
- History of Alaska, Wikipedia.
- Seward, Frederick W., Seward at Washington as Senator and Secretary of State. Volume: 3, 1891, p. 348
- Have you been to the "polar bear garden"? (¿Has estado en el parque de osos polares?) The loc.gov Wise Guide
- Oberholtzer, Ellis Paxson. A History of the United States since the Civil War. Volume: 1. 1917. p. 544-5
- Librería del Congreso. Tratado con Rusia para la compra de Alaska. (en inglés)
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