lunes, 23 de marzo de 2009

La historia del átomo

Un átomo es la unidad básica de la materia, que consiste en un núcleo central denso rodeado por una nube de electrones con carga negativa. Ese núcleo atómico contiene una mezcla de protones con carga positiva y neutrones con carga eléctrica neutral. Si un grupo de átomos se une, forman una molécula. Ahora, ¿cómo llegamos a comprender tan a fondo las unidades más ínfimas que componen a todo lo que nos rodea y a nosotros mismos?

image A pesar de lo que se pueda pensar, la teoría atómica, no surge en el siglo 20 con la famosa bomba, y con Albert Einstein. El concepto de que la materia está compuesta por unidades ínfimas, ha rondado a la raza humana por miles da años.

No en experimentos, por supuesto, pero sí en el pensamiento filosófico. Pero la idea básica del átomo como la conocemos hoy en día, surgió en la era moderna como una forma elegante de explicar los nuevos descubrimientos en el campo de la química.

Pero ya en el siglo sexto antes de Cristo, en la antigua India, apareció la referencia al concepto atómico más antigua. Las escuelas conocidas como Nyaya y Vaisheshika, desarrollaron teorías elaboradas sobre cómo los átomos se combinaban para formar objetos complejos. Según ellos primero se unían en pares, y luego en tríos de pares.

El término en sí fue acuñado un tiempo después, alrededor del 450 aC, por el griego Demócrito. Lo llamó incortable, o la partícula más pequeña indivisible, que en griego es átomos (ἄτομος).

Pero el concepto se mantuvo en el campo de la filosofía hasta que en 1661 el filósofo naturalista Robert Boyle, publicó su libro El químico escéptico, en el que argumentaba que la materia estaba compuesta por varias combinaciones de diferentes corpúsculos o átomos, y no por los elementos clásicos de aire, fuego, tierra y agua, como se venía postulando.

Robert Boyle Y para 1789 Antoine Lavoisier lo definió como el elemento que no podía dividirse por métodos químicos. Para 1803, el inglés John Dalton utilizó el concepto para explicar por qué los elementos podían relacionarse de diferentes maneras, para explicar la razón de que ciertos gases se disolviesen mejor en agua que otros. Fue la ley de las proporciones múltiples.

Robert Brown pudo observar años después,e n 1827, con un microscopio cómo los átomos se movían erráticamente, lo que se conoce como movimiento browniano. Y ya en 1905 Albert Einstein produjo el primer análisis matemático del este movimiento. Poco tiempo después el francés Jean Perrin usó el trabajo de Einstein para verificar y probar la teoría atómica de Dalton.

En 1897 J. J. Thomson descubrió al electrón, y así también que el átomo no era la unidad más pequeña indivisible.

Lo que siguió después fue una carrera de experimentos con radiactividad, bombardeos íónicos, y el desarrollo de aparatos especiales para estudiar partículas cada vez más pequeñas como los quarks, de los que están compuestos los hadrones (protones y neutrones). Hoy en día se considera que las partículas más pequeñas de las cuales está compuesta la materia son los quarks y los leptones. Al menos esas son las más ínfimas que se han podido identificar.

image Lo que vino después fue el descubrimiento de que el átomo podía dividirse, y que al hacerlo liberaba una increíble cantidad de energía. Esto se utilizó para fines prácticos, como la energía atómica, y para fines no tan santos como las bombas atómicas.

Pero el conocimiento de los átomos se pudo utilizar para comprender nuestro universo desde dentro, lo que llevó a miles de descubrimientos en diversos campos de la ciencia.

 

3 comentarios:

  1. La cosmofísica, en la era de Einstein, ha permitido el posicionamiento de muchas interpretaciones cosmológicas propias de místicos y aficionados a la ciencia ficción, que la han sumergido en un laberinto de contradicciones y paradojas muy difíciles de resolver, a menos que se afiance toda una nueva corriente científica de pensadores e investigadores sensatos y anti-esnobistas que revolucionen paradigmas y reorienten el estudio del cosmos por el camino del descubrir científico, dejando de lado las modas y las corrientes excentricistas que menosprecian el sentido común y que erróneamente parece que han creído que lo más alejado de la lógica, les resulta ser “lo más sabio”, tal vez por ser lo más inentendible y lo más parecido a sus abstractas e incoherentes especulaciones de las corrientes de moda.

    Cuando en el futuro, superemos la era Einsteiniana, comprobaremos y entenderemos varias verdades:

    Que los axiomas deben continuar siendo la base del razonamiento. - Que todos los agujeros negros explotan. - Que los agujeros negros no se evaporan. - Que la materia oscura es la materia prima de la materia conocida. - La inexistencia de la energía oscura. - Sabremos que la energía se reproduce ó que es infinita. - Que todo lo infinito tiene que ser eterno. - Conoceremos el centro del Universo visible. - Que el universo es más grande de lo que siempre se ha creído. - Sabremos si crece o decrece el fondo de microondas. - Que el universo es infinito y el tiempo es eterno. - Sabremos que la velocidad de la luz es también variable en el vacio. – Nos olvidaremos de las falsas múltiples dimensiones espaciales. - Entenderemos como el universo gira y se expande. - Conoceremos las causas de la expansión acelerada del Universo. - Comprenderemos los mecanismos del reciclaje cósmico de la energía. - Diferenciaremos el espacio del tiempo. - Separaremos las ciencias de la ficción y de las creencias mitológicas. - No le impondremos dogmas a la ciencia. - No esperaremos ni muertes térmicas ni desgarres. - Entenderemos nuestras responsabilidades como parte del TODO. - Tendremos mucho más por saber. - Tendremos una visión más optimista del Universo.

    Ver artículo completo en:
    http://www.articuloz.com/ciencia-articulos/teoria-optimista-sobre-el-universo-1044310.html

    Martín Jaramillo Pérez.
    martinjaramilloperez@gmail.com

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  2. Motores naturales recicladores parciales y temporales de la energía degradada.
    Los átomos a nivel del microcosmos y los agujeros negros y las supernovas a nivel del macro cosmos tienen, como otra de sus funciones, servir como motores acopiadores y recicladores también de la energía que se degradada ya sea en forma de calor o como cualquier otro tipo de radiación emitida hacia el espacio exterior.
    Tanto átomos como agujeros negros toman la energía del medio y con ella los átomos pueden mantener su mínima actividad interna, y los agujeros negros la almacenan y hasta logran convertir por acumulación, cantidades mínimas de materia-energía inservibles, en incalculables cantidades de masa capaces de producir grandes presiones, grandes temperaturas y grandes explosiones nucleares.
    Debido a la gravedad se crea energía de presión y térmica en el interior de las grandes masas: planetas, estrellas y agujeros negros.
    ¿Será que absolutamente todas las grandes explosiones cósmicas que siempre han ocurrido y que se sabe que continúan ocurriendo permanentemente, siempre se podrán atribuir a explosiones de supernovas? No será que también han explotado los agujeros negros?, eso no lo podemos negar con certeza, porque si hasta hace poco no sabíamos ni siquiera de la existencia de los agujeros negros, que vamos a saber, tan pronto, de todas sus funciones. De la miles de explosiones cósmicas de rayos GAMA que se han registrado, muchas de ellas se deben a las explosiones de los agujeros negros.
    Creemos que hay razones suficientes para pensar que los agujeros negros no deben ser eternos y que todos ellos, incluso los estelares y masivos, pueden explotar, y que no solo lo puedan hacer los mini agujeros negros de los que se cree que se evaporan y explotan, lo que, entre otras cosas, nos parece una gran contradicción, porque si de un agujero negro no puede salir nada, ni siquiera la luz, ¿cómo puede pensarse que se pueda escapar evaporada su gran y densa masa? Qué clase de evaporación podrá superar la gran atracción de un agujero negro?
    Creemos que todos los agujeros negros pueden explotar. Creemos que el universo se recicla parcial y permanentemente acopiando y concentrando grandes masas que luego explotan y el proceso se repite indefinidamente.

    Martin Jaramillo Pérez

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  3. PRUEBA INOBJETABLE DE QUE LA GRAVEDAD CREA ENERGÍA.
    Cuando Joule y sus colegas formularon el PRINCIPIO DE DE LA CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA por el año de 1.842, todavía ESTABA MUY DISTANTE el programa espacial, que con sus recientes exploraciones del sistema solar, viene dando cuenta de nuevos descubrimientos que evidencian la creación natural de energía por la acción de la gravedad. El descubrimiento más contundente, es el que se refiere a la causa de la intensa actividad volcánica de “Ío” el satélite de Júpiter; actividad térmica de la que se ha comprobado que se debe a la acción de las intensas mareas que se presentan en su suelo rocoso, debido a su cercana orbita al gigante planetario, cuya gravedad produce los movimientos tectónicos de placas y la intensa actividad de generación de energía térmica en su interior, evidenciando que es la gravedad la que crea esa energía térmica y por lo tanto contradiciendo la afirmación de que la energía no se crea.
    Cuando nuevos descubrimientos científicos cuestionan la validez de una ley o un viejo principio, la obligación de las autoridades científicas es reestudiar las leyes establecidas, y revisarlas a la luz de los nuevos descubrimientos y de los nuevos fenómenos observados, ya sea para reafirmar su validez o para modificarlas.
    Por eso estamos recopilando EN: martinjaramilloperez@gmail.com correos electrónicos de interesados y de investigadores que estén de acuerdo con SOLICITAR RESPETUOSAMENTE A LAS AUTORIDADES CIENTÍFICAS reestudiar el PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA A LA LUZ DE LOS NUEVOS DESCUBRIMIENTOS.

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